sábado, 2 de enero de 2016

La clave es cruzarnos de destinos, y no de brazos.

Que nada externo decida.

Escalar la valentía y explorar las profundidades de su cueva.

Desnudar nuestros miedos y fundar nuestras almas.



Delirar en los desiertos de dudas y

explorar los oasis de nuestros sueños, al fin y al cabo

están hechos del mismo material que nosotros, o eso decía Shakespeare.



Proyectar el sol en una vela, que nos ciegue y exaltar otros sentidos.

Haciendo caso al amor, nos tocamos a ciegas.




Ser uno, solo de vez en cuando, pero que sea eterno.

*Disfrazamos la herida con visiones globalmente compartidas,

pero a veces ahogo un grito en el vacío a esperas de un eco en forma de abrazo

para calentarme el alma.



*Me mantengo a flote, pero, por ahora, no puedo dejar de sangrar.



*Exhalas paz y curiosidad a partes iguales, y no sé en qué atmósfera me encuentro más envuelta.



*Cuesta creer que estés por descubrir, me pregunto cuantos naufragios has provocado, y cuantas 

mareas de miedos se ocultan bajo tu piel.

Me encuentro aquí sentada, analizando tus recovecos en busca de dudas latentes o miedos por 

cantar.



*Es un hecho las corazas que levantas en tu pecho tras varios desengaños.