miércoles, 22 de octubre de 2014

Marionette








Córtame la etiqueta, 
arráncame este estúpido vestido.
Corre la cortina y que se marchen.  
Que acabe la función. 

¿De espectadores nuestros sentimientos?
Lo entenderán.

Aunque ahora que sin focos puedo ver, parece que los tuyos no están. 

 Quizás abandonaron la obra antes de empezarla. 
Quién sabe, 
ya da igual.

Empezaré a tomar ejemplo. 


Me cansé de mirar siempre hacia delante, 
y de ver mover mis ejes a  tu antojo con esos estúpidos hilos.

Me cansé de ser de trapo y morder el polvo. 
Qué ironía.
Hace tiempo que sabía de todas estas obras. 
Y por supuesto que yo solo era parte de algunas. 
El resto corren de tu cuenta. 
Y de sus piernas.

 Supongo que fue más fácil someterme que revelarme. 
Quererte que detestarte. 
Quizás una combinación de ambas.


Mis pies ya responden, empiezo a cobrar vida. 
Y joder, 
qué maravilla...

Apaga las luces.

Puedes tirar mi baúl al río,
 y ya que estás átate a él.
De todos modos sólo guardaba mis ensayos.
Mis finales. 
Olvidando mis principios, 
claro.



















lunes, 20 de octubre de 2014

Lilitu







Jamás pensé que seríamos de esos cuya piel esconde un océano de melancolía en el que perderse los 

días raros, en la intimidad.

Con la esperanza de volver a salir y que esté todo en orden.

Ordenado, como solía estar.


Cuando el único que puede ordenar su vida es uno mismo.


Pero aquí sigo. En cualquier isla remota de mi ser,

perdida en medio de un océano de náufragos que se excusan de su huída con el pretexto de que ese 

mundo de ahí fuera no nos pertenece.


"No está hecho para nosotros. 
Nosotros somos salvajes, libres".


Ser así es la mejor de las bendiciones y la peor de las desgracias.

Siempre serás un incomprendido, pero el fuego sigue brillando dentro de ti.

Nunca se apaga.


Es increíble las cosas que puedes encontrar en ti mismo si te asomas a tu interior.


Es infinito.








Edén






El rastro de tu pelo en mi almohada se evapora,

cansado y mareado de dar vueltas en mis pensamientos.


Intento retenerlo, escalar por él aferrándome a la vida, 

con la esperanza de que en la cima tu conciencia combatirá conmigo tus miedos y peros; 

pero otra vez me aparta, arrojándome al vacío. 

Y, sin alas, vuelvo a estrellar contra el ruidoso silencio de mi cama cada noche. 



Ella es testigo como yo de la utopía de sus ojos, 

que amenazaban al cielo con despojarle toda belleza.



Ella sufre más que yo, ya que yo te quiero pero ella nos quería queriéndonos.


"No puede ser que nos encontráramos para no poder ser"


Parece ser que el mundo ha continuado siendo, 

aunque el sol, celoso, ya no quiere calentar. 


Reuní escombros en los que hago de reina, 

tratando de reconstruir con recuerdos que se empeñan en seguir

torturando un alma que dejó de sentir. 


Un cuerpo que aunque anhela el oxígeno, está muerto en vida.


 
Sólo hay caras sin rostro a mi alrededor,

aunque quizás es mi forma de mirar sin ver. 


Es cierto, dejé de ver, 

pero cómo olvidar el don de la vista quien una vez lo tuvo, 

y vivía en el Edén.







No hay Da Vinci



Deja de emanar luz cegadora a tu alrededor.

Deja de bañar las sombras de destellos, si son efímeros.


No es justo ahora despojar a la tierra semejante belleza.

No es justo que me hayas enseñado las puertas del cielo

cuando mis raíces son subterráneas, 

y tú eso ya lo sabías.


Ya has estado en ellas. Ya han conocido el amor.

Ya han visto la belleza avanzar entre ellas sin temor.

Ya saben que hay vida ahí fuera 

y ya no han vuelto a cantar una canción...



¿Cómo les explico yo que a veces el amor surge entre aves y peces, y que aquí

no hay da Vinci que me fabrique unas alas?





Carreteras Cortadas

Es simplemente que no entiendo por qué sigo torciendo la esquina de la calle a la derecha,

cuando sé perfectamente que lo único que voy a encontrarme allí es otro desengaño.

Y de esos ya tengo muchos.

Se podría decir que soy coleccionista de lazos rotos,

de nudos en la garganta y finales amargos.



No entiendo por qué sigo eligiendo el camino de la eterna incertidumbre,

del "no estoy seguro, no estoy preparado y no sé lo que siento".

Porque estoy harta de encontrármelos cada vez que llego a la cumbre,

y entonces me doy cuenta de que apenas es la de tus rodillas;

que me queda mucho por recorrerte y que yo ya estoy cansada...



No entiendo tu interés por fundirme en tu niebla,

por hacerme gritar al vacío y guiarme por falsos atajos..

Hasta soltarme en la esquina de la calle a la derecha..



Donde está tu casa.

Donde estás tú.