Es simplemente que no entiendo por qué sigo torciendo la esquina de la calle a la derecha,
cuando sé perfectamente que lo único que voy a encontrarme allí es otro desengaño.
Y de esos ya tengo muchos.
Se podría decir que soy coleccionista de lazos rotos,
de nudos en la garganta y finales amargos.
No entiendo por qué sigo eligiendo el camino de la eterna incertidumbre,
del "no estoy seguro, no estoy preparado y no sé lo que siento".
Porque estoy harta de encontrármelos cada vez que llego a la cumbre,
y entonces me doy cuenta de que apenas es la de tus rodillas;
que me queda mucho por recorrerte y que yo ya estoy cansada...
No entiendo tu interés por fundirme en tu niebla,
por hacerme gritar al vacío y guiarme por falsos atajos..
Hasta soltarme en la esquina de la calle a la derecha..
Donde está tu casa.
Donde estás tú.
No hay comentarios:
Publicar un comentario